El Vuelo Del Cuatrovientos El Proyecto De Barberan

El capitán Mariano Barberán, director y fundador del proyecto Cuatro Vientos, era en 1932 una figura destacada en el ámbito de la aviación y un pionero en lo que sería el primer vuelo transatlántico sin escalas de la historia española. La Escuela Cuatro Vientos, que él mismo había creado, se había convertido en un referente en la formación de los futuros navegantes aéreos. Como profesor tanto en esta institución como en la Escuela Superior de Aerotécnica, Barberán preparaba a sus alumnos con una combinación de sólidos conocimientos matemáticos y una experiencia práctica incomparable en navegación aérea, sentando las bases del proyecto de vida de un piloto aviador.
A pesar de su amplia experiencia como instructor y su participación en la planificación de diversos vuelos y competiciones aero deportivas, Barberán no había tenido la oportunidad de sentir el "bautismo de vuelo Sevilla", experiencia que él consideraba fundamental en la carrera de un aviador. Sin embargo, mantenía su título de piloto, ostentado con orgullo desde 1924, con la esperanza de marcar la historia de la aviación española.
Profesores y alumnos de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos (Madrid), fotografiados junto a un Breguet XIX. En el centro, el Director de la misma, Mariano Barberán.
Barberán, un hombre de corta estatura pero de gran carisma, poseía un temperamento decidido y una vida disciplinada en el servicio militar. Su inclinación hacia el estudio y el trabajo sobre la diversión, así como su coraje y audacia, lo convirtieron en un aviador de renombre, cuyo carácter le había llevado incluso a tomar decisiones personales que afectaron su servicio militar.
Ahora, Barberán veía la oportunidad de concretar un sueño largamente anhelado. Tras estudiar meticulosamente la viabilidad de un vuelo sin escalas desde la Península hasta las Antillas, presentó a la Dirección General de Aeronáutica un proyecto detallado en el que argumentaba las razones técnicas y políticas para llevar a cabo tal hazaña. Su propuesta, respaldada por estudios meticulosos sobre rutas, meteorología y posibles impactos, convenció a las autoridades de la viabilidad del proyecto Cuatro Vientos, liderado por el grupo Barberán.
La aprobación gubernamental fue recibida con júbilo por el personal de la escuela Cuatro Vientos, quienes vieron en la iniciativa una oportunidad para demostrar las capacidades de la aviación española y estrechar lazos con las antiguas colonias. El gobierno no solo aceptó el desafío, sino que también se comprometió a financiar todos los gastos, incluyendo la adquisición del avión especial que sería bautizado con el nombre de “Cuatro Vientos”, en honor a la escuela y al espíritu del ambicioso proyecto Cuatro Vientos. Este avión Cuatro Vientos simbolizó el valor y la determinación de una nación por alcanzar nuevas alturas en la aviación global.
Creador de la Escuela de Observadores, profesor de la misma y de la Escuela Superior de Aerotécnica, Barberán gozaba de un enorme prestigio entre sus compañeros.
Profesores y alumnos, en la escalera de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos. Barberán, verdadera alma de la institución, aparece en el centro del grupo.
- Autoría, diseño e ilustración: Juan Antonio Guerrero Misa
- Fotografías: Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio
- Adaptación: www.tabladacentenariaaviacion.es
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