El Vuelo Del Cuatrovientos La Navegación
El arte de la navegación por estima ha sido una práctica crucial en la aviación desde sus inicios, especialmente en hazañas como la del histórico vuelo del Cuatro Vientos. En una época en la que las ayudas tecnológicas modernas no existían y las transmisiones por radio representaban un peso excesivo que era imprescindible eliminar, los aviadores dependían de su habilidad para realizar la navegación a estima y los cálculos necesarios para mantener la exactitud del vuelo.
En el avión se instalaron los apropiados instrumentos para los dos métodos de observación astronómica y navegación a estima que asegurarían el mantenimiento correcto de la ruta en cualquier condición atmosférica. La navegación por estima, que consiste en calcular la posición del avión basándose en la velocidad, el tiempo y la dirección previamente conocidos, era una de las técnicas fundamentales para la orientación en vuelo.
Para la navegación observada, el ‹‹Cuatro Vientos›› llevaba una brújula aperiódica, tres cronómetros en instalación fija, dos sextantes Hughes en servicio y un tercero de repuesto, así como una regla de cálculo Bygrave.
Para reforzar sus técnicas de navegación a estima, el avión fue equipado con tres derivómetros: uno colocado en el fondo del fuselaje, de tipo círculo reticulado, mandado a distancia y otros dos colocados en ambos costados de la cabina del navegante, abatibles para que quedaran enrasados en las paredes mientras no estaban en uso de forma que no representaran ninguna resistencia al avance y que fueron ideados por el propio Barberán. Para las observaciones nocturnas se dispuso de pequeñas bengalas iluminadoras Bonet de 1125 gr, proyectadas por el capitán de artillería Bonet y producidas por las fábricas del Arma de Artillería.
La cabina del navegante se estudió además cuidadosamente para que éste pudiese efectuar las observaciones y cálculos cómodamente, con un amplio porta planos dotado de sujeciones para los mapas, a fin de poder realizar fácilmente los necesarios cálculos de navegación por estima.
El navegante era también el segundo piloto, pudiendo relevar a éste gracias a un doble mando e instrumentación de vuelo, con un integral similar, altímetro y cuentavueltas, así como bomba de mano para la gasolina que consentía en extraerla del fondo de los depósitos e impedir que las impurezas llegasen a los carburadores.
El asiento del navegante, plegable, le permitía efectuar las observaciones de forma más ergonómica. Como es natural, el avión iba provisto de la adecuada instalación eléctrica para el alumbrado nocturno de todos los instrumentos de a bordo y cabinas de la tripulación.
- Autoría, diseño e ilustración: Juan Antonio Guerrero Misa
- Fotografías: Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio
- Adaptación: www.tabladacentenariaaviacion.es
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